Wednesday, January 18, 2006
#10:
Madonna Confessions on a Dance Floor |
Aunque siempre he querido creer que estoy, aunque sea un poco, al margen del mainstream, siempre he tenido también guilty pleasures, y desde 1998, cuando se publicó Ray of Light, Madonna es uno de ellos. Ray of Light, producido por el británico William Orbit, fue sencillamente un disco que a la vez era fresco y maduro, tanto lírica como sónicamente. Music, en el 2000, no fue tan sólido, aunque el cambio de productor (al francés Mirwais Ahmadzai) resultó en algunas piezas que mantenían a Madonna en la vanguardia. Por alguna extraña razón, Madonna volvió a colaborar con Mirwais en el 2003 para American Life; sin ser conocedor de su carrera, creo que Madonna nunca había repetido productores, lo cual probablemente explique su vigencia durante más de dos décadas, y quizás explique por qué este disco fue un fracaso comercial y artístico. (Otra posible razón es que no tenía canciones buenas...) Ahora ha vuelto con Confessions On a Dance Floor, producido por el anglo/galo Stuart Price. El disco es, sí, bastante discotequero, incluso las pistas se funden una en otra como un mix de DJ, pero este disco no es ningún "bacalao."
Grabado en una habitación del apartamento de Stuart en Londres, es, a mi gusto, un conjunto de canciones muy sólidas, el mejor desde Ray of Light. Ritmos inescapabales y melodías bastante pegajosas son la fundación de todas las piezas, cuyos arreglos abracan toda una gama de estilos de música bailable desde los 70s hasta la presente década. Algunos de las referencias son un poco descaradas, como el sample de la canción "Gimme! Gimme! Gimme!" de Abba en "Hung Up", o los sintes galopantes de "Future Lovers" bajo una voz sensual á-la "I Feel Love" de Donna Summer (considerada por muchos una pieza seminal de la música electrónica). A pesar de que Stuart es el cerebro del grupo francés Les Rhythmes Digitales, "Get Together" suena más a algo de Daft Punk, y "How High" recuerda a "Can't Get You Out of My Head" de Kylie Minogue. Que no los desaliente lo que pareciera una serie de refritos; el disco no aburre ni suena repetitivo, sino todo lo contrario, suena bastante fresco a pesar de los 47 años de la señora de Ritchie.
Una satisfacción bastante más personal es observar cómo se utilizan en múltiples pistas los "filtros dinámicos de frecuencia", que son este efecto que hacen que, por ejemplo, se escuche como si se estuviera bajo el agua. En el 2001 comencé a trabajar en lo que se supone sería un álbum-remix de canciones de U2, y la primera (y única) pieza que completé--la que abriría el disco--fue una pieza que combinaba versiones de "Elevation" y "Mysterious Ways" y hacía un uso algo extenso de susodicho efecto en el primer minuto o dos de la canción. (Puedes escucharla aquí.)
Los dejo con extracto de la crítica del disco de Madonna de la revista Time:
"...before you press on with the album, you will need to ask yourself, Am I a serious person who listens to music for intellectual enlightenment and makes it a point of pride not to dance under any circumstances? Or am I merely a semi-serious person who makes it a point not to be seen dancing under any circumstances? If you're the former, Confessions on a Dance Floor is not for you. If you are the latter, close the blinds."
Labels: Album Commentary